Piragüismo y aperitivos en el Tarn

Miramos el paisaje, nos preguntamos. «¿Y por qué?» Luka responde a todas las preguntas. Se nota la pasión del instructor.

Nos acercamos tranquilamente a un montón de madera junto a la orilla. ¿Se ha «rajado» nuestro instructor? ¿Quiere que limpiemos las orillas? En absoluto, nos está enseñando la casa del castor. No hace falta gritar ni tocar la campana del castor, es un animal discreto.

Luego sigue un apasionante debate sobre el castor: su desaparición, su reintroducción, su entorno y su modo de vida. Un pequeño recuerdo para Emma: un trozo de madera que parece la cabeza de un cerdo, biselada por el castor. Si ella ve un cerdo tallado en un trozo de madera, ¿qué vería en las rocas talladas por la erosión de la Ciudad de las Piedras…?

Con el calor, se impone una parada para bañarse e hidratarse. Todavía no es la hora del aperitivo… ¡ten paciencia! Luka nos habla de una planta mágica que conoce… ¡pero que no se puede fumar! Se escapa y vuelve con unas bonitas florecillas blancas. Todos cogen un ramo de flores en sus manos. La magia de la planta se revela cuando entra en contacto con el agua, ya que la «hierba jabonera» hace espuma si se frota húmeda entre las manos. ¡Una auténtica hierba jabonera! Un descubrimiento divertido para nuestros Vendéens!»

Continuamos nuestro viaje, los rápidos se suceden pero no se parecen. Alternando tramos de agua y tramos ligeramente bacheados. No hay peligro en el horizonte, pero el sol se abre paso entre las nubes para revelar sus rayos. Una luz cálida que da un efecto espejo sobre el agua… un momento de contemplación en un entorno idílico.

Disfrutamos del momento pero el sol se está poniendo y es hora de que volvamos a la base de canoas. Unos metros antes de llegar, Luka nos propone hacer una revisión de la actividad. Siempre atento a los detalles, quiere conocer la opinión de nuestros participantes para mejorar ciertos puntos.

La actividad fue aprobada por unanimidad y borró el miedo de Julie y Lola a los rápidos. De «genial» a «demasiado genial» Emma y Elliott expresan sus sentimientos con sus propias palabras. En definitiva, un momento de compartir, risas e intercambios como si nos conociéramos de toda la vida. Todo en un ambiente cálido gracias a la amable acogida de Luka. Un recuerdo de vacaciones que nos recuerda la importancia de preservar nuestro bien común:la naturaleza. No olvidemos que fue gracias a ella que pudimos crear este vínculo, por el tiempo de una tarde de verano. Entonces, ¿por qué no reservar la próxima sesión?