La epopeya de una construcción titánica
El Viaducto de Millau es el enlace más espectacular de la autopista A75 entre Clermont-Ferrant y Béziers. Hasta la fecha, más de 60 millones de vehículos han cruzado los 2.640 m del que es el puente de autopista más alto del mundo, apoyado sobre el Causse du Larzac al sur y el Causse Rouge al norte.
Una mirada retrospectiva al nacimiento de una de las mayores estructuras arquitectónicas del siglo XXI.
Millau: en la carretera de las vacaciones
Durante años, los vehículos que deseaban conectar el norte de Europa con España no tenían muchas opciones. Para hacer el trayecto sin salir de la autopista, tenían que tomar la A6, la A7 y luego la A9, dando un rodeo.
Para evitar estos desvíos, ¡sólo había una solución! Tomar la A71 y luego la A75, pero estos vehículos aceptaban prescindir de la autopista a la altura del Tarn, en Millau, y se exponían a interminables atascos, sobre todo durante las vacaciones.
Un deseo del Estado
Así que para evitar atascos y desvíos, el Estado decidió completar la A75. Para no aislar la ciudad de Millau, el paso del Tarn se fijó muy cerca de la ciudad del Aveyron meridional, en un punto donde el valle se extiende hasta 2,5 km.
Una solución estética y moderna
Con el gobierno y las autoridades locales implicados, y la elección del emplazamiento determinada, sólo quedaba definir la naturaleza del proyecto. La idea de un viaducto en Millau venía rondando desde principios de los años 80.
El gobierno francés convocó un concurso y la estructura multihauban fue elegida en 1996 entre otras cuatro soluciones. Diseñada por el ingeniero Michel Virlogeux y dibujada por el arquitecto británico Lord Norman Foster, la elección de elegancia y modernismo convenció a las autoridades públicas. Sólo quedaba dar forma a este extraordinario proyecto.
La realización del proyecto: un gran desafío
Para llevar a buen término la construcción de la estructura y su concesión, el Estado lanzó una nueva licitación. Varios gigantes de la construcción respondieron. Al final, sin embargo, fue la combinación de hormigón y acero propuesta por Eiffage la elegida en 2001. La Compagnie Eiffage du Viaduc de Millau es responsable no sólo de la construcción del viaducto, sino también de su explotación.
La construcción del viaducto debía realizarse en un tiempo récord: sólo 3 años.
Un gran reto para el director del proyecto.
«Comienza la aventura»
El 14 de diciembre de 2001, camiones y grúas invadieron el valle del Tarn y comenzó la construcción del viaducto. Varios centenares de obreros fueron contratados para cumplir el plazo de 3 años.
Levantamiento de las pilas
Antes de poder colocar el «tablero», es decir, por donde circularán los coches, había que construir las 7 pilas. Para construirlos rápidamente, el número de equipos y grúas se multiplicó por 7.
El resultado fue que en apenas un año y medio se terminaron todos los muelles, incluido el famoso «P2», que obtuvo el récord mundial del muelle más alto, con 245 m de altura.
El nudo Norte-Sur
Mientras se construían las pilas, las piezas metálicas que componen el tablero se transportaban a ambos lados del valle. De hecho, el tablero se preparó a ambos lados del valle para reunirse por encima del Tarn a una altura de ¡270 metros!
El «clavage» o unión de las secciones Norte y Sur requirió la invención de nuevas técnicas de construcción, en particular para el lanzamiento del tablero.
El 28 de mayo de 2004, se completó la unión del tablero, habiéndose realizado no menos de 18 lanzamientos para que la operación fuera un éxito.
El final de los trabajos
Tres meses más tarde, los pilones y los 154 cables de sujeción estaban colocados y las cargas distribuidas uniformemente. Sólo faltaba instalar la señalización, el pavimento, el alumbrado y los sistemas de seguridad para que el 14 de diciembre de 2004 el Presidente de la República Francesa pudiera venir a inaugurar la estructura.
¡El proyecto es un éxito! Se terminó a tiempo y fue aclamado internacionalmente.
Puesta en servicio
El 16 de diciembre de 2004, el viaducto entró en servicio. Ahora sólo se tarda 20 minutos en cruzar el valle del Tarn.
Pero cruzar el puente más alto del mundo no es gratis.