Aldeas de Gorges

¡¡Mira a todas partes!!! Barre los ojos y cuidado con el cuello…

¡Date la oportunidad de descubrir los pueblos más bonitos y los pequeños tesoros de las Gargantas del Tarn y de la Jonte en un viaje por carretera en coche, moto o incluso bicicleta! Pero, ¡cuidado con las agujetas! Estos «tesoros» están a la altura de los humanos, del agua y de los buitres.
¡No pierda de vista la carretera para no acabar en el «balat»!

A la altura del agua

No hay carreteras de acceso… como mucho baje el río en canoa o deje el coche para llegar a estas típicas aldeas de piedra profundamente arraigadas en las gargantas de los ríos Tarn y Jonte, ya que bajar la cabeza no será suficiente.

Tome el camino lineal de las Gargantas del Tarn para llegar a Hauterives, aunque el acceso es bastante fácil, el castillo en ruinas que domina la aldea es otra cosa. A las afueras de Les Détroits se encuentra La Croze, donde se organizan visitas durante las Jornadas del Patrimonio. Se puede cruzar el río en barco para llegar a La Sablière.

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¡A ras de suelo o a lomos de un burro!

De nuestros pueblos típicos, no hay duda de que Sainte Enimie ocupa la primera posición!
De hecho, clasificado como el «Pueblo más bonito de Francia», es algo así como la joya de las Gargantas del Tarn con su leyenda.

Al haber conservado su núcleo y carácter medievales, el pueblo es un placer para descubrir.
En La Malène, ¡deténgase! Aquí usted está en el corazón geográfico de las gargantas, disfrutar de un paseo en barco con los barqueros famosos para cruzar el Détroits.

¡A la altura de las alas de los buitres, los pueblos encaramados!

Entre estos pueblos encaramados que ofrecen vistas incomparables, encontramos inevitablemente las aldeas trogloditas de Eglazines y Saint Marcellin. Sencillamente incrustados en los acantilados, a varios cientos de metros por encima del río, cuesta creer que alguna vez haya vivido gente aquí… Para llegar, hay que dar un largo paseo por un estrecho camino de cabras entre encinas, bojes olorosos y pinos marítimos. Saint-Marcellin fue en su día el emplazamiento de un castillo del que hoy no queda nada…