En la carretera de las Gargantas del Jonte, sólo hay un puente que cruzar si no quieres perderte esta joya de las Grands Causses. Es uno de esos pueblecitos del Aveyron que sólo se pueden recorrer a pie… como una obligación para tomarse su tiempo.
La paradoja de Peyreleau es que, incluso situado en el fondo del valle, el pueblo parece dominar el paisaje circundante. ¡Todo su encanto reside en esta situación geográfica y en el entramado de sus callejuelas: pasadizos bajo porches, calades, terrazas y umbrales llenos de flores, tantos encantos en su recorrido y edificios emblemáticos como la Tour Carrée, el Château du Triadou, el Granero de los Templarios, el horno de pan.
Peyreleau!
El panorama de las 3 Causses
En Peyreleau, no podrá evitar subir, irresistiblemente atraído hacia el punto más alto del pueblo. ¡Allí, al pie de la Tour Carré, construida sobre los restos del antiguo castillo feudal, abrazas por fin este increíble panorama sobre las cornisas de las 3 causses (Causses Noir, Méjean y Sauveterre), la confluencia y el pueblo de Le Rozier.
Una de las fotos más bonitas del pueblo de Peyreleau está tomada a la vuelta de Meyrueis por la carretera de las Gargantas del Jonte!
<
De 1935 a 1939, Emma Calvé, nuestra célebre cantante del Aveyron, se alojó en la vivienda que descubrirá durante su visita.
Crapahuter sur les sentiers
Muchos senderos o rutas de senderismo parten del pueblo, entre ellos el del Ermitage Saint-Michel. La ruta le lleva por las cornisas del Causse Noir para admirar las gargantas de la Jonte. Los corredores de trail pueden entrenarse para el legendario Festival des Templiers recorriendo el 3 circuitos que pasan por Peyreleau.
La leyenda del Ogro de Malbouche
Al borde del Causse Noir, en el barranco de Malbouche, vivía Jean Grin. Retirado del pueblo por no poder pagar sus impuestos, y autor de incivilidades, se decía que era mitad hombre mitad bestia, por vivir en la naturaleza… Acusado de atacar a los niños y asarlos en su horno antes de comérselos, este personaje sigue atormentando la memoria de los caussenards. Pero, ¿era real? ¿Era el diablo? Así nació la leyenda del hombre conocido como el Ogro de Malbouche.