7 maravillas de las gargantas

Las gargantas del Jonte, un pedacito de Naturaleza XXL

Las gargantas del Jonte viven un poco a la sombra de su famosas vecinas, las gargantas del Tarn: sin embargo, forman un conjunto paisajístico realmente excepcional. Siguiendo la sinuosa carreterita de Le Rozier a Meyrueis, descubra este desfiladero salvaje, con sus escarpados acantilados de los que cuelgan torretas de roca sobre el vacío: dos jarrones gigantes, el de Sèvres y el chino, en equilibrio sobre el camino de cornisa, los buitres leonados o monjes, planeando sobre los acantilados desde los que alzan el vuelo; para observar desde la terraza de la Maison des vautours.

Aven des Causses: entre bastidores

Es el increíble contraste entre la riqueza del mundo subterráneo y la aridez de las monótonas estepas de la causse Méjean lo que crea la sorpresa. Las formas más complejas parecen haberse refugiado en el corazón de la tierra. En este sentido, Aven Armand es un destino imprescindible. El abismo asombra por sus dimensiones, su profundidad y el bosque de piedra que esconde. No se parece en nada a la gruta de Dargilan, en el Causse Noir, con su sucesión de pequeñas cámaras adornadas con encajes de caliza rosácea.

Paisaje estepario, un poco de aire de Mongolia…

¡El mundo de arriba es el de la estepa! Densidad de población inferior a la del Sahel – 1,5 habitantes/km² – y para completar la ilusión de Asia Central, del lado de Villaret, ¡manadas de caballos Prezwalski pastan en semilibertad!

Bueno saberlo: Junto a Aven Armand, podrá degustar quesos Caussen en la granja Hyélzas o descubrir la vida rural de nuestros bisabuelos en la Ferme Caussenarde d’Autrefois.

Sainte-Enimie, catalogado como uno de los Pueblos más Bonitos de Francia

Muchos visitantes escriben mal su nombre: Sainte-Minniei, Emilie, Eunèmie…. Se oye de todo, pero rara vez se acierta con el nombre. No importa, ¡el error sería no detenerse! Sainte-Enimie es un magnífico pueblo catalogado, pintoresco y encantador, idealmente situado a la entrada de las Gargantas del Tarn. La visita es obligada.

Surca las aguas de los Détroits

Al descender el Tarn en barco o canoa desde La Malène, cambiará de perspectiva, adoptando un nuevo punto de vista anterior a la construcción de la carretera. En otros tiempos, el río era el medio de comunicación más natural con el valle. Navegar por el estrecho significa descubrir la parte más espectacular del desfiladero, el paso más profundo y estrecho, inaccesible por carretera. Al igual que las playas locales: islas imaginarias en las que jugar al Robinson, esperando que nadie venga a rescatarte…