Fin de semana de marcha del queso

Pausa gastronómica para almorzar en el majestuoso marco de las bóvedas de la bodega Reynès o en su terraza frente al circo de Tournemire. La cocina es casera y se elabora con productos frescos y locales.

Por supuesto, el queso Roquefort está presente en todas sus formas.

Una visita a la granja Hermilix y a una lavogne es una oportunidad para conocer el mundo rural que se esconde tras los paisajes que ya forman parte del Patrimonio Mundial de la UNESCO.

Lejos de tópicos e ideas preconcebidas, Alice comparte su pasión por su trabajo y por las ovejas Lacaune. No sólo le acogerán en un magnífico marco de Causse, sino que también tendrá la oportunidad de descubrir una granja de ovejas cuya leche se utiliza exclusivamente para el queso Roquefort. Y si aún necesita convencerse para pasarse por casa de Alice, debe saber que cada visita a la granja termina con un momento de relajación y degustación en una hermosa sala abovedada.

Alice le hará descubrir los sabores de los diferentes Roquefort y la especialidad de la casa elaborada con leche de oveja: la famosa flaune (tarta de leche de oveja aromatizada con azahar).

Tocar una oveja, oler la granja, degustar la legendaria flaune de Alice y simplemente saborear el momento.

Por la mañana, después de un copioso desayuno, cálcese las botas de montaña y emprenda un recorrido de 3 horas y 7,8 km por el Sentier des Échelles, siguiendo las huellas de la vida pastoril de antaño. Antaño, un empleado de la granja del Mas de Roquefort llevaba la comida al pastor que apacentaba sus ovejas en la meseta del Combalou. Hoy en día, para llegar a la meseta, hay que subir (532 m de desnivel) por el sendero que atraviesa el pedregal al pie del acantilado. Una vez en la cima, ¡admire las vistas panorámicas!

Atraviese toda la meseta del Combalou, con sus hermosas vistas sobre el pueblo de Roquefort y la meseta del Larzac. Por el camino, tendrá el placer de contemplar la famosa jasse de Combalou.

Una vez en el otro extremo de la meseta, es imprescindible hacer una parada para disfrutar de la vista panorámica del circo de Brias de Tournemire. Por último, regrese suavemente al pueblo por el sendero al pie de los acantilados para hacer una última parada: la mesa de orientación y un hermoso mirador sobre el pueblo de Roquefort.

Descubra el pueblo de Roquefort.